Joint Mender
Medicina Occidental
La medicina occidental recurre a medicamentos agresivos y cirugía para tratar los problemas articulares. Estos métodos generalmente tratan solo los síntomas, pero no las causas subyacentes. Aliviar el dolor articular con analgésicos no es una solución a largo plazo. Tan pronto como deja de usar los medicamentos, ¡el problema reaparece! A menudo, estos medicamentos también causan efectos secundarios no deseados e incluso peligrosos.
Las opciones de tratamientos con fármacos son desconcertantes: Acetaminofén, Analgésicos, Aspirina, Azatioprina, Cloroquina, Corticosteroides, Ciclofosfamida, Ciclosporina, Fármacos Antirreumáticos Modificadores de la Enfermedad (DMARD), Inyecciones de ácido Hialurónico, Hidroxicloroquina, Leflunomida, Metotrexato, Antiinflamatorios No Esteroides (AINE), Opiáceos y Sulfasalazina.
Los efectos secundarios combinados COMUNES de estos fármacos incluyen acné, dolor de espalda, bronquitis, sensación de quemazón, tos, diarrea, dificultad para dormir, mareo, piel seca, enrojecimiento, dolor de cabeza, ardor de estómago, aumento del apetito, aumento de la sudoración, aumento del crecimiento del cabello, indigestión, pérdida de apetito, pérdida de pelo leve, náuseas leves, dolor muscular, nerviosismo, secreción nasal, sinusitis, insomnio, dolor de estómago o malestar, cansancio, infección del tracto urinario, vómitos, debilidad y pérdida de peso.
Los efectos secundarios combinados GRAVES de estos medicamentos incluyen reacciones alérgicas graves (erupción cutánea, prurito, urticaria, dificultad para respirar, opresión en el pecho, hinchazón de boca, cara, labios o lengua), dolor u opresión en el pecho, sangre en la orina, dolor o hinchazón de piernas o pantorrilla, coma, confusión, tos con sangre, orina oscura, mareos, fiebre, escalofríos, dolor de garganta, aumento de la orina o dolor al orinar, cambios en la menstruación, cambios de humor y mentales, llagas en la boca, dolor muscular, debilidad en un lado del cuerpo, heces pálidas o grasosas, náuseas severas o persistentes, piel inflamada y/o descamada y/o ampollada, vómito o diarrea, dificultad para respirar, dolor de estómago, sangrado o moretones inusuales, crecimientos inusuales o bultos, debilidad inusual o fatiga, cambios en la visión o pérdida de la visión, y coloración amarilla en ojos o piel.
