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Medicina Occidental
La medicina occidental se basa en potentes fármacos y cirugía para hacer frente a diversos problemas relacionados con la próstata y con desórdenes reproductivos. Estos métodos a menudo abordan sólo los síntomas del desorden prostático y no sus causas subyacentes. Apenas cesa el consumo de los fármacos, el problema vuelve a aparecer. Además, estas medicinas recetadas a menudo causan efectos secundarios no deseados y hasta peligrosos.
Si bien la prostatitis causada por infección puede ser tratada con antibióticos, no hay ninguna medicina disponible para tratar el síndrome de dolor pélvico crónico. Sus síntomas son tratados con medicinas antiinflamatorias y analgésicos.
Las medicinas aprobadas por la FDA sólo alivian los síntomas de BPH pero no los curan. Los inhibidores de reductasa 5-Alfa, Proscar (Finasteride) y Avodart (Dutasteride), trabajan bloqueando una enzima que actúa en la hormona masculina, la testosterona, para incrementar el crecimiento del órgano. Cuando la enzima es bloqueada, el crecimiento reduce su velocidad y la glándula puede encogerse. Este tratamiento puede no producir un efecto positivo sino hasta pasados 6 a 12 meses de tratamiento. También funciona mejor en casos avanzados de agrandamiento de la próstata.
Los bloqueadores del receptor adrenérgico Alfa, que funcionan bloqueando los receptores de los nervios adrenérgicos en el tracto urinario inferior, básicamente ayudan a relajar el músculo liso de la la próstata y el cuello de la vejiga para aliviar la presión y mejorar el flujo de la orina. Estas medicinas, que no encogen el tamaño de la próstata, incluyen: Cardura (Doxazosina), Flomax (Tamsulosina), Hytrin (Terazosina) y Uroxatral (Alfuzosina). Para muchos hombres, estos alfa bloqueadores pueden mejorar el flujo urinario y reducir los síntomas en cuestión de días. Pero ya que la causa subyacente no es abordada, los síntomas regresarán una vez que deje de tomar las medicinas.
Los efectos secundarios combinados de los Alfa-Bloqueadores y de los inhibidores de reductasa 5-Alfa incluyen sensibilidad y agrandamiento del pecho, disminución del impulso sexual, dificultad para tener una erección, mareo, desmayo, dolor de cabeza, paro cardíaco, aumento de la disfunción eyaculatoria, congestión nasal, eyaculación retrógrada (eyaculación de regreso a la vejiga), repentina baja de la tensión arterial, cansancio e infección a las vías respiratorias superiores.
Las opciones quirúrgicas incluyen Extirpación de Aguja Transuretral (TUNA), Vaporización Transuretral (TUVP), Cirugía Láser, Resección Transuretral (TURP), Incisión Transuretral (TUIP) y Prostatectomía Abierta. Todos estos procedimientos a menudo requieren que los pacientes lleven un catéter durante 3 a 4 días después de la cirugía y presenten cierto riesgo de incontinencia, impotencia, infección y complicaciones.
Un tratamiento alternativo que se ha hecho popular es saw palmetto que es usado por millones de hombres en los Estados Unidos para tratar la BPH. Sin embargo, recientemente se descubrió que el saw palmetto no tiene ningún efecto en la reducción de la urgencia de orinar u otros síntomas molestos relacionados con una próstata agrandada. El New England Journal of Medicine publicó el 9 de febrero de 2006, un estudio de un año de duración en el que se afirmaba que el extracto de la planta no era más eficaz que las píldoras inactivas (placebos) para lograr el alivio de los síntomas de BPH.
